En mi casa la formación siempre fue una prioridad.
Pasé mis primeros años en dos instituciones de las que hoy me siento orgullosa. En el Colegio Pestalozzi aprendí alemán y el valor de la diversidad. En el Colegio Nacional de Buenos Aires entendí la importancia de lo público en un país con alta desigualdad. De ahí me llevé una gran red de amigos haciendo cosas increíbles en distintos rincones del mundo 🌎.
Cuando me presento, digo que soy diseñadora. Estudié Diseño Gráfico en la Universidad de Buenos Aires. Ahí aprendí a valorar la hoja y el lápiz, la búsqueda de conceptos, el camino de bocetos, prototipos e ideas que iteran antes de llegar a una computadora.
En Hyper Island entendí el paradigma del mundo digital antes de su expansión y se me despertaron mil preguntas. En Kaos Pilot volví a las personas, a lo meaningful, y exploré el valor del diseño como catalizador de la transformación. Ambas experiencias me dejaron aprendizajes de contenido y de forma. Cuando doy un taller, pongo en juego esas herramientas.
En la Universidad Austral intercambié experiencias para diseñar ciudades más dinámicas, inclusivas y sostenibles.
Más allá de las instituciones, tuve la fortuna de rodearme de gente excepcional **de la cual poder aprender. Gracias a cada uno de ellos por inspirarme y enseñarme tanto 🙌🏻.